Diseñada para minimizar el riesgo, la diversificación es una estrategia en la que se invierte en una variedad de clases de activos, sectores industriales y ubicaciones geográficas para evitar “poner todos los huevos en una sola cesta”. Comúnmente utilizada por los administradores de fondos, esto ayuda a proteger los intereses de los inversionistas, y presenta una mayor oportunidad para obtener rendimientos de inversión exitosos.